domingo, 31 de octubre de 2010

Comunica, comunica y comunica... para no perder clientes

He hablado con multitud de comerciantes y empresarios en los últimos años y la verdad es que coinciden en un punto: no importa lo bien que trates al cliente, al final el cliente no tendrá compasión y cambiará de proveedor si le ofrecen un precio más bajo o por la razón X.

En realidad no significa esto que como el cliente tarde o temprano le comprará a otro no tengamos que cuidarle. Si no le cuidamos, lo único que conseguiremos es acelerar este proceso.

El ser humano piensa que se lo merce todo. Se merece buen trato, se merece descuentos, se merece que estés disponible las 24 horas al día, se merece el mejor servicio. Esto el ser humano lo da por hecho, aunque estés disponible las 24 horas del día éste no te lo va a reconocer, aunque le hagas un descuento por comprar un volumen considerable piensa que tú lo haces siempre y no le estás haciendo ningún favor especial, si vas a visitarle a su empresa para que él no se tenga que desplazar no te lo va a reconocer, sino que va a pensar que esa es tu obligación o que esa es tu forma de dar un buen servicio, etc. Y como todo esto no es reconocido, si mañana llega un competidor y le ofrece algo interesante te deja tirado, se va con el otro y tú te quedas con un palmo de narices.

Quiero que sepas que hay una manera para que el cliente reconozca o tenga conciencia de que lo que estás haciendo (un descuento, atenderle un domingo, llevarle el pedido a casa...) tiene un valor. La manera es COMUNICARLO. Es sencillo y parece una tontería pero el cliente no es consciente de que le estás dando algo adicional, algo de valor, algo de lo que él se está beneficiando si no se dices expresamente.

La aplicación a la realidad sería algo como esto

Ejemplo 1:
Cliente: Estoy enfermo y no puedo pasar a recogerlo ¿me puedes traer el pedido a casa?
Proveedor: Pepe, sabes que no podemos llevar los pedidos a casa de los clientes pero no te preocupes que a tí te lo voy a hacer llegar.

Ejemplo 2:
Proveedor: quiero que sepas que por haber comprado una cantidad tan grande durante este año los gastos de gestión y almacenaje de este último pedido no te los cobro.

Etc.

¿Sabéis quién hace muy bien esto? Ikea

¿Porqué podemos vender productos a estos precios?

1. Porque nuestros paquetes son planos y ahorramos en almacenamiento y transporte. El mensaje de Ikea es: "consumidor, quiero que sepas, que al ser nuestros paquetes planos, podemos transportarlos y almacenarlos más fácilmente y gracias a eso tu te beneficias de un precio más bajo". Ya ves la tontería. ¡Pues hay que comunicarla!



2. "Señor cliente, sepa usted que nuestros productos son de calidad. Por eso los sometemos a duras pruebas". ¡Recordad si no se dice, para el cliente no cuenta!



3. "Señor cliente, sepa usted que los muebles también son más baratos porque los monta usted mismo". Hay que comunicarlo, si no la gente puede pensar que los muebles son baratos porque son malos. Estos carteles dejan claro al consumidor que los buenos precios no es por esta razón.



4. Los muebles que compras son más económicos porque tú mismo te los llevas a casa. "Señor cliente, gracias a que usted mismo se lleva los muebles a casa nuestros muebles son más económicos".


Todo el mundo intuía estas razones de porqué ikea vende los productos más baratos pero si no te lo dice la empresa, se intuye, no se conoce.

Y con toda esta comunicación al cliente hay que dejarle claro el porqué del precio al que le ofreces tus productos, el servicio que le ofreces, ese descuento que le has hecho, el porqué le atiendes el domingo por la tarde... si no lo haces, no vas a ser valorado y facilmente sustituido en algún momento.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Invierte en tus clientes confianza: coste cero y rentabilidad máxima.

Recuerdo una clase en la universidad. El profesor de dirección comercial nos planteó lo siguiente:

"Sois vendedores de bicicletas en una tienda. Un día entra un padre con su hijo para comprar una. Hay dos modelos de bicicleta, la barata y la cara. Al niño la que mejor le viene es la barata por su estatura, por su destreza... pero podemos influenciar al padre para que compre la cara. ¿Cuál le venderíais?"

Yo estuve en el 50% de la clase que le habría vendido la cara, aunque no la necesitara. De esa clase, aprendí, que vendiéndole el producto que necesita al cliente, todo aquello que estás dejando de ganar lo estás invirtiendo a plazo fijo en su confianza. Y así lo he podido comprobar en múltiples ocasiones.

Bien aprendida tiene la lección el dueño de una pequeña tienda de instrumentos musicales de Elda (Alicante) y aunque no me gusta dar nombres de comercios pequeños, éste lo voy a dar: se llama Tambur.

El caso es que en enero compré una funda para mi violín y este verano una de las correas que sirven para colgarla al hombro se rompió. Fui a la tienda hace unos días, le dije lo que me había pasado y el señor me iba a ofrecer una correa de mayor calidad (el producto caro del que hablábamos más arriba) pero algo pasó por su cabeza e inmediatamente cogió una correa de una funda que tenía por allí y me la dío.
"Si dices que te llevastes la funda en enero toma esta correa"
"¿Qué le debo?"
"nada, nada".

Por allí tenían el señor unos saxofones de estudio bastante económicos (225€). Casualmente un familiar mío estaba buscando un saxofón para empezar a tocar. Así que para compensar el buen trato recibido le dije al dueño de la tienda que le diría a este familiar que aquí tenían saxofones a muy buen precio. A los días, también les dije a mis compañeros de agrupación lo bien que estaban los saxofones en esta tienda.

El resultado, de momento un saxofón vendido, que posiblemente se conviertan en otros dos más. Total tres ventas. Facturación: 675€.
Otros beneficios no económicos: el hablar de esta tienda en este blog y en mi cuenta de twitter.

¿Habrá cosa más rentable que invertir en la confianza del cliente?

Yo siempre actúo bajo esta premisa: lo que no es bueno para el cliente, no es bueno para mí.

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Tu comercio se adapta al cliente, o el cliente a tu comercio?

Qué lastima. Ultimamente sólo escribo gracias a malas experiencias que tengo con empresas. Hoy me ha sucedido con un pequeño comercio. Y es que o yo soy muy exigente  consecuencia de mi educación y el paso por diferentes empresas donde el cliente y su satifacción eran la base o todo lo estudiado y experimentado en mi etapa profesional se sustenta sobre un paradigma equivocado. Quizás lo importante ya no es el cliente, son las empresas y yo defiendo unas teorías totalmente desactualizadas.

Hoy he ido a un pequeño comercio porque mi guitarra electrica ha dejado de sonar. Posiblemente sea una avería en la clavija de entrada que ya hace tiempo que andaba un poco suelta. Total, le digo al dueño del comercio de electrónica lo que me pasa, me toma nota y me dice: "la reparación te va a costar entre 20 y 30 euros". "ah pues no te la dejo" -ha sido mi respuesta. El caso es que no me creo que el cambiar una clavija que tiene un coste de 1 euro pueda convertirse en 30 euros al añadirle la mano de obra. Otra cosa hubiera sido si hubiera visto el origen de la avería y me hubiera explicado el proceso que debe seguir para repararla.
Es como si llamas al médico y por teléfono le dices: "doctor estoy enfermo" y te responde "pues te va a costar curarte 200€". Qué credibilidad tiene el médico si no te ha hecho un chequeo.

El caso es que la adaptación al cliente brilla por su ausencia en el 90% de las empresas con las que trato. A las empresas les da igual repararte un microchip o enchufarte un televisor. Por repararte un microchip tardan 60 minutos y te cobran 20 euros. Por enchufarte un televisor tardan 5 minutos ¡y te cobran una hora, 20 euros!.

Mensaje para el comerciante: ¿quieres cobrar más dinero? Ten claro que el consumidor sólo va a estar dispuesto a pagar más por:

1. Si ofreces más experiencia, más profesionalidad (en mi experiencia de hoy sé que el comerciante tiene gran experiencia pero no me ha demostrado profesionalidad)
2. Si reduces la incertidumbre, es decir, si me cobras por una nueva clavija 20 o 30 euros pero me certificas que no se va a romper en 20 años y si se vuelve a romper en ese periodo me la reparas gratis.
3. Cuando el producto es a la carta, personalizado.
4. Cuando el cliente no espera.

Adaptación al cliente nula y la consecuencia un cliente menos. No está el comercio tradicional como para tratar a los clientes de esa manera.

domingo, 17 de octubre de 2010

No frills y high end. ¿A donde tiende el mercado?

El primero que me habló de mercados no frills y high end fue mi amigo y consultor de marketing Javier González (http://www.cafedelmarketing.net/). Él me dijo que si no quería estar fuera del mercado en los próximos años, lustros, décadas, tendría que buscar a un cliente que busca las cosas económicas, sin sofisticaciones, que es lo que se ha llamado mercado no frills (sin adornos, básico); o que buscara a cliente sofisticado, que quiere un producto o servicio puntero, innovador, sofisticado, diferenciado (mercado high end, de alto acabado). Me dijo que abandonara el mercado medio, el mercado de la abundancia.

Y parece que tiene razón. Qué curioso es observar que en estos tiempos de crisis las empresas más innovadoras (high end) son las que más demanda han tenido y paradójicamente las que más caros han vendido sus productos (un ejemplo, el restaurante de Ferran Adrià, con listas de espera de miles de personas, otro ejemplo, los productos de apple).

Pero también las tiendas de segunda mano, las de productos de imporación chinos, los mercadillos, etc. están cada día más llenos de gente (mercado no frills).

Os dejo este vídeo de Alvaro González-Alorda sobre innovación donde explica esta tendencia que estamos viviendo.

Saludos.