jueves, 12 de noviembre de 2009

Dos pastillas diarias para el comercio minorista


Hola tod@s de nuevo.


Desde hace algún tiempo (algunos meses en realidad), no he dejado de observar la agonía constante que vive el pequeño comercio.


En plena crisis, con los niveles de consumo por el suelo y unas expectativas futuras por parte de los consumidores no muy alagüeñas, éstos parece ser que se decantan por comprar en grandes superficies y centros comerciales; empresas con poder de negociación y riñón suficiente como para aguantar varios meses con los precios más competitivos y el surtido más variado. Y no culpemos a los consumidores de no comprar en el pequeño comercio ya que, dado el ritmo de vida que llevamos, parece lógico pensar que tengamos predilección (nosotros los consumidores) por acudir a aquellos lugares que nos van a hacer ahorrar cuando menos, tiempo y de paso, dinero.


En mi opinión, el pequeño comercio debería tomar dos pastillas diarias de: 1. formación continua de sus trabajadores y 2. modernizarse tecnológicamente.


La formación constante, día a día, es de vital importancia. A través de ella vamos a aprender nuevas formas de venta, atención al cliente, gestión de cobros, escaparatismo, visual merchandising, ídentificación de tendencias, etc. Conocimientos y técnicas usadas por "los grandes" fruto de años de investigación social y psicológica que están al alcance de todos. Conocimientos que nos van a abrir la mente y nos van a permitir estar mejor preparados para satisfacer las necesidades de nuestros clientes de la manera que ellos esperan que lo haga una empresa del S.XXI. Estoy cansado de repetir a los pequeños empresarios (en los que se incluyen los comerciantes) con los que hablo a diario que es cierto que la formación no nos va a sacar de la crisis pero nos va a proporcionar unas herramientas y una visión del entorno que nos va a permitir encontrar vías, maneras, desarrollar ideas que hagan que el nivel de ventas se pueda acercar a los que teníamos aquellos años de bonanza.


La otra pastilla, es la pastilla de la modernización tecnológica. Hace años las grandes superficies cobran sus productos pasando el código de barras por un lector. Este gran invento permite conocer al final del día cuál es tu nivel de stock en almacen, te da a conocer los productos más vendidos, los menos vendidos, qué se vende más cierto día de la semana, en cierta época del año, etc. además de permitir reducir el tiempo de espera del cliente para cobrarle y por tanto permite atender a un mayor nº de clientes en menos tiempo. Esta tecnología debería empezar a estar presente en todos los comercios minoristas. Puede ser que alguien piense que esto es caro, y tiene razón, lo es, pero cuando hablamos de modernización tecnológica hablo también de tener una simple dirección de email, un ordenador conectado a internet con el que acceder a información sobre el mercado y estar en contacto con potenciales compradores.


Estas son, según mi opinión, las dos cosas con las que los comerciante deberían vivir día a día: con formación constante y continua, y estando como mínimo enterado de qué posibilidades tecnológicas disponemos para abaratar costes y permitir una gestión más eficiente de las ventas, stocks, clientes, etc.